Mañana se cumplen 10 años de la muerte de la oveja Dolly, el primer clon de un mamífero adulto, que apenas vivió siete años porque era enfermiza. El cuerpo fue disecado y actualmente está expuesto en el Royal Museum de Edimburgo. Dolly desató una polémica en todo el mundo. Muchos sostenían que se había abierto la puerta a la posibilidad de la clonación del ser humano, pero esto no ocurrió hasta hoy.

Para crearla, los investigadores, encabezados por Ian Wilmut, del Instituto Roslin, extrajeron el núcleo de un óvulo. Ese núcleo contiene toda la información genética. En su lugar introdujeron el núcleo de una célula de la ubre de una oveja. El óvulo fue luego estimulado para que se divida e implantado en el útero de una oveja, que sirvió como "madre de alquiler".

Después de "Dolly" se logró un verdadero zoológico de animales clonados, como caballos, cabras, cerdos, ratones y perros, entre otros.

La ganadería aplica esta técnica para realizar copias de ejemplares valiosos de ganado.

Desde hace muchos años, los científicos trabajan también en la clonación para su aplicación en la medicina.